Una primera aproximación debe partir de la consideración que un estudio de la música africana consiste ante todo, en comprender la unidad y la diversidad propia del continente africano. Hay que precisar que la expresión "música africana" no es correcta. Sería más exacto hablar de "músicas africanas tradicionales", porque África es un mosaico de grupos étnicos, cada uno de los cuales posee un propio patrimonio histórico y cultural. Sin embargo, aparte de las numerosas y variadas particularidades de las tradiciones musicales de cada pueblo, se notan en ellas muchas características técnicas, culturales y sociales comunes, fruto de contactos y de interacciones recíprocas.
Uno de los influjos culturales que África experimentó le vino del exterior. A partir del siglo VII, hizo su aparición la cultura árabe. Su penetración en las zonas subsaharianas continuó durante los siglos sucesivos. La influencia islámica se dejó sentir sobre todo en el ámbito de los instrumentos musicales.
Como las artes plásticas que cumplen una función, la música en África no nace solo para ser escuchada, como si de un espectáculo se tratase, montado para el disfrute estético. La música forma parte de la vida.
Una máscara, por ejemplo, nunca es hecha para el goce estético, más bien es hecha para bailar con ella, para a través de ese objeto ponerse en contacto con el más allá, con los antepasados o el mundo de los espíritus.
De la misma manera, la música en África también transciende la realidad presente; es una invitación que va más allá del disfrute estético... por la misma razón es una música que ha de ser escuchada y vivida dentro de un contexto que le da su razón de ser.
La música acompaña al niño recién nacido, con cantos se celebra su incorporación a la comunidad cuando recibe el nombre, la iniciación conlleva toda una serie de cantos y danzas realizados por los iniciados, las bodas son motivo de alegría que se expresa con el baile, un funeral une a un pueblo en el dolor de la pérdida de un ser querido y con cantos lamenta su marcha. La música se hace presente cuando unidos se celebra una buena cosecha o los cazadores oran por una buena caza.
La música africana nunca adoptó un sistema de anotación. Las músicas tradicionales se interpreta de oído, por aprendizaje a base de convivir con el maestro y el instrumento.
La música africana no adoptó ni el sistema de escritura, ni la escala. Se toca de oído y de memoria y su armonía no es muy compleja. Además, la armonía africana aparece vinculada con la melodía y las escala.
La falta de partituras y la improvisación no implican, en ningún caso, pobreza musical, más bien lo contrario. La percusión es más importante que la voz, y la calidad de la voz cuenta menos que la calidad de los ritmos, aunque estos estén, por lo general, en función del canto cuando transmitir ciertos mensajes se trata.
La música por sí misma no existe en África. Esta siempre vinculada con la vida cotidiana y sus actividades. En África, la vida y sus múltiples aspectos hablan el lenguaje de la música.
II. CANTO, MÚSICA Y DANZA.
Estos tres conceptos aparecerán tan unidos entre sí en muchas tradiciones africanas que no es posible deslindarlos de una manera clara a un nivel conceptual.
A.- EL CANTO
En África, en general, la música vocal es la esencia misma del arte musical, lo que no disminuye la importancia de la música instrumental, pero para entender el valor y la funcionalidad de esta última hay que tener en cuenta que su primer y fundamental objetivo es el de recrear el elnguaje oral que educa, recrea el pasado, alaba hazañas...
En una cultura oral como la africana, el GRIOT salvaguarda la memoria colectiva. Por eso suele decirse que "cuando en África muere un anciano es una biblioteca que se quema". El relieve que adquiere la figura del griot es un testimonio de la importancia que tiene la palabra, la narración y el mito.
Los griot son los guardianes, intérpretes y cantores de la historia oral de muchos pueblos africanos. En la lengua mandiga son conocidos como JALI y en África central como MBOMVET. Todos ellos desempeñan un papel social muy semejante. Los griot cantan la historia épica de África, los mitos de los diversos pueblos o elogian los méritos de los héroes y personajes del pasado, generalmente acompañados con algún instrumento musical como la kora o el xilófono.
En el pasado, los griot eran contratados por los reyes y príncipes para que ensalzaran sus cualidades con sus cantos en las ceremonias sociales y de la corte. Pero a veces sabían criticar a sus mecenas con una fina ironía. Debido al papel social que jugaban en la corte, los griot gozaban de gran prestigio en la sociedad africana tradicional. Eran muy estimados por sus capacidades musicales y poéticas, recibiendo una buena retribución por su trabajo. Eran, además, temidos porque se pensaban que poseían algunos poderes ocultos. Por esta razón, cuando morían, no eran sepultados sino que colocaban su cuerpo en el tronco hueco de un árbol o lo colgaban de las ramas para que sus restos no contaminasen la tierra con sus poderes mágicos.
B.- LA DANZA AFRICANA.
En determinadas ocasiones cobrará un papel relevante la música instrumental cuando da pie para el baile. Pero la música en África es una corriente de energía vital en la que se participa en el momento en que se interpreta, se canta o se baila. No tiene sentido limitarse solamente a escuchar. Por esta razón, la música se concibe en función de la danza, de una gestualidad que tiene en sí misma armonía, ritmo, y que envuelve la misma vida. Los movimientos nacen de la vida y la interpretan.
La música suele integrarse con la danza. Para el africano, la experiencia musical es sobre todo una experiencia emotiva: por muy bonitos que sean los sonidos, carecen de significado si no se complementan con la danza. Además, el movimiento corporal intensifica el placer individual de la música, mediante la sensación de una mayor participación y por medio de los impulsos que se crean al expresar el ritmo con el movimiento físico.
La danza es importante, no sólo porque permite liberar las emociones, sino que puede servir como un medio social y artístico de comunicación. Por medio de la danza, los individuos y los grupos comunitarios manifiestan actitudes de hostilidad, de cooperación o de amistad. Pueden manifestar respeto hacia los superiores, estima y gratitud hacia los que les desean o hacen el bien.
Si cuando danza un akan, pueblo de Ghana, señala al cielo con la mano derecha o con las dos manos quiere decir: " Yo miro hacia Dios". Cuando apoya su dedo índice sobre la cabeza significa que tiene un problema, una cosa en la que tiene que pensar seriamente. Si apoya su índice derecho bajo el ojo derecho, quiere decir que no tiene nada que decir, que ve cómo van las cosas. Naturalmente se puede danzar sin el propósito de transmitir mensaje alguno, sino tan sólo con la intención de expresar los propios sentimientos.
Como la danza es un vehículo de expresión, se puede vincular estrechamente con los acontecimientos comunitarios del momento. Danzar en los funerales no significa sólo dolor y pesar, sino que puede ser un homenaje al difunto y un acto de solidaridad en momentos difíciles.
Según Kwabena Nketia "Para el africano la experiencia musical es completamente vivencial y emocional. Los sonidos, por muy bonitos que éstos sean, no tendrán ningún sentido si no ofrecen esta experiencia o sino contribuyen a una mejor ejecución de las danzas".
Según un dicho swahili "La música va con la danza", y es que la experiencia musical en África es como una llamada a dejarse llevar por un torrente vital al que se pertenece desde el mismo momento en que la música comienza a sonar.
Pero la danza no es sólo importante por la posibilidad que ofrece de airear las emociones generadas por la música, como arrebatadora alegría, tristeza o pena. La danza, como el canto, tiene también un mensaje: desde ser expresión de la fiesta hasta recordar las labores del campo o ser el medio para hacer las paces entre dos enemigos que buscan reconciliarse.
Los signos usados en este lenguaje serán la elección que el bailarín hace de posturas, movimientos o expresiones de la cara. Es en el contexto de un grupo concreto donde estos signos y movimientos de baile cobran su pleno sentido. Algunos pasos o movimientos en la danza están tomados de la vida diaria. Movimientos que reproducen los de ciertos animales, como el Hose Hú de Togo, en el que los bailarines reproducen con los brazos y la espalda el movimiento de la grulla real, o las mujeres borana de Kenia, que en sus bailes entablan una especie de lucha simbólica entre los diferentes clanes, mientras elevan los brazos imitando la forma de la cornamenta de su ganado.
En ocasiones las danzas se componen de movimientos precisos para los que el bailarín ha de estar sumamente concentrado y preparado para interpretar en cada momento el baile tal y como viene señalado desde antiguo. El bailarín es un mensajero de los espíritus. En la danza, la música no juega un papel secundario; es la que marca el ritmo y los bailarines se dejan llevar por ella dando un amplio margen para la improvisación.
Según Kwabena Nketia "Para el africano la experiencia musical es completamente vivencial y emocional. Los sonidos, por muy bonitos que éstos sean, no tendrán ningún sentido si no ofrecen esta experiencia o sino contribuyen a una mejor ejecución de las danzas".
Según un dicho swahili "La música va con la danza", y es que la experiencia musical en África es como una llamada a dejarse llevar por un torrente vital al que se pertenece desde el mismo momento en que la música comienza a sonar.
Pero la danza no es sólo importante por la posibilidad que ofrece de airear las emociones generadas por la música, como arrebatadora alegría, tristeza o pena. La danza, como el canto, tiene también un mensaje: desde ser expresión de la fiesta hasta recordar las labores del campo o ser el medio para hacer las paces entre dos enemigos que buscan reconciliarse.
Los signos usados en este lenguaje serán la elección que el bailarín hace de posturas, movimientos o expresiones de la cara. Es en el contexto de un grupo concreto donde estos signos y movimientos de baile cobran su pleno sentido. Algunos pasos o movimientos en la danza están tomados de la vida diaria. Movimientos que reproducen los de ciertos animales, como el Hose Hú de Togo, en el que los bailarines reproducen con los brazos y la espalda el movimiento de la grulla real, o las mujeres borana de Kenia, que en sus bailes entablan una especie de lucha simbólica entre los diferentes clanes, mientras elevan los brazos imitando la forma de la cornamenta de su ganado.
En ocasiones las danzas se componen de movimientos precisos para los que el bailarín ha de estar sumamente concentrado y preparado para interpretar en cada momento el baile tal y como viene señalado desde antiguo. El bailarín es un mensajero de los espíritus. En la danza, la música no juega un papel secundario; es la que marca el ritmo y los bailarines se dejan llevar por ella dando un amplio margen para la improvisación.
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