martes, 2 de octubre de 2012

ELEMENTOS Y CLASIFICACIÓN DE LAS MÁSCARAS

La máscara africana está compuesta de dos elementos. El primero es la máscara propiamente dicha, que oculta la cabeza del portador. El actor debe perder su protagonismo, en beneficio del ser que representa, ocultando su cabeza. Esta parte se subdivide, a su vez, en dos: la talla y la cobertura que envuelve la cabeza. El segundo elemento es el disfraz que oculta por completo el cuerpo del bailarin. Este disfraz puede ser un vestido de palma, de rafia o de tela. En muchos casos estos disfraces se complementan con bastones, sonajeros, zancos y otros elementos que imprimen fuerza al aspecto general. Podemos clasificarla por sus formas y medidas, por los materiales usados en su confección y por sus características faciales.

A) EN CUANTO SU FORMA
Algunas máscaras cubren solamente el rostro. Son las máscaras faciales. Estas no van atadas a la cabeza del danzante sino que forman parte de un disfraz o de algo que cubre la cabeza.
Otras están representadas por las máscaras casco que cubren la cabeza. Existen diversos tipos de estas máscaras. El primer tipo está labrado de un tronco de árbol. Cubre la cabeza entera y el borde del casco descansa sobre los hombros del que lo lleva. Algunas de estas máscaras tienen una, dos y hasta tres e incluso cuatro caras humanas. El segundo tipo cubre la mitad de la parte posterior de la cabeza como una gorra del cráneo. La parte anterior de la máscara que cubre la cara tiene rasgos humanos. El tercer tipo es semejante al primero pero representa algún animal.

Hay máscaras que parecen un tocado. Unidas al disfraz que cubre todo el cuerpo del danzante, da a éste, debido a su exagerada altura, el aire de un espíritu sobrenatural. Hay máscaras con senos prominentes. Estas máscaras son usadas en los ritos de la fertilidad y en los exorcismos de espíritus malignos. Así, por ejemplo, los Ibo de Nigeria y los Dogón, en sus ceremonias de iniciación, además de las máscaras, usan otros disfraces, a los cuales cuelgan pechos artificiales. Algunas máscaras pequeñas son usadas como amuletos. Así los Ashanti de Ghana y los Baule de Costa de Marfil usan máscaras de oro como adornos. Otras etnias, como los Bapende de la República Democrática del Congo, las llevan colgadas del cuello y otras etnias las sujetan en sus manos o vestidos.
Hay máscaras que son insignias de los grandes. Así los miembros de la sociedad secreta Bwami de los Warega del la República Democrçatica del Congo usan máscaras de marfil o de madera que son distintivos de su grado. Existen coronas hechas con ornamentos de abalorios. Los reyes Yorubas, de la actual Nigeria, usan esta especie de corona. Tienen dos rostros en su parte anterior y cubren la cara del rey, significando la pérdida de su identidad y al mismo tiempo sus poderes míticos.

B) EN CUANTO A LAS MEDIDAS.
Las máscaras presentan una gran variedad de dimensiones. Algunas son más pequeñas que el rostro humano; otras tienen la misma dimensión, mientras que algunas las superan. También las máscaras que representan animales tienen diferentes medidas. Las máscaras Dogón, con sus superestructuras, son las más grandes. Las máscaras amuletos son, por el contrario, las más pequeñas. En las máscaras grandes el artista puede representar formas y expresiones más atrevidas, con lo que el danzante destaca más como investido de una fuerza sobrenatural.

C) EN CUANTO A LOS MATERIALES.
Diversos materiales son usados en la fabricación de máscaras, pero el mayor número de ellas ha sido construido con madera que abunda en las selvas tropicales. El artista escoge los distintos tipos de madera tieniendo en cuenta algunas consideraciones.
En primer lugar, se cree que el árbol, como materia viviente, es más conveniente como portador de una fuerza vital. La máscara deriva su poder mágico de la rama o tronco de un árbol cuyas raíces se han alimentado de la tierra y cuyas hojas han recibido el agua del cielo. Se piensa que la fuerza del árbol pasa, en primer lugar, al escultor aumentando su poder y, en su segundo momento, a la máscara en la que va a habitar desde aquel momento.
En segundo lugar, se cree que el árbol posee un espíritu de habita en él. Antes de talar el árbol, el leñador consulta al adivino, se purifica y ofrece un sacrificio para aplacar al espíritu del árbol al mismo tiempo que le suplica le conceda su perdón por cortar una de sus ramas. Con frecuencia, después de cortar el árbol, lo deja por algún tiempo en tierra hasta que el espíritu encuentre una nueva demora. Algunos árboles son considerados sagrados y no pueden ser cortados pues suministran alimento para el hombre.
En la sabana sudanesa, el escultor, antes de comenzar a crear una máscara, vive retirado espiritual y físicamente. El escultor es un maestro técnico. Tiene un gran sentimiento por la madera misma. Conoce sus fibras y sus formas estructurales. Generalmente usa madera verde y blanda porque es más fácil trabajr. Algunas veces unta la madera con aceite de palma para que se seque despacio. Usa madera más fuerte, por ejemplo el ébano, para esculpir objetos más pequeños, o aquellos que tendrán que sufrir las inclemencias del tiempo.
El escultor suele limar la superficie de la madera con hojas, pieles de animales, arena, trozos de cristal o hierros calientes. Con frecuencia la superficie muestra algunas sustancias de sacrificios como nueces de goma de mascar y sangre, con su energía vital, que aumenta la eficacia y el poder de la máscara.
Solo una minoría de las máscaras existentes son de marfil. La razón es que los colmillos de los elefantes pertenecían al rey o al jefe, el cual, sobre todo a partir del siglo XVI, los usaba en el comercio con los europeos. El marfil era exportado, como materia prima, priemero por medio de las caravanas y más tarde en barco. Los Warega de la República Democrática del congo, que tenían que matar elefantes para salvar sus cosechas, constituían una excepción.
También otros materiales son usados en la construcción de las máscaras. Los Senufo y los Ashanti se sirven del latón para fabricar las máscaras que usan como adornos. Los Ashanti y los Baule hacen pequeñas máscaras de oro, usadas como ornamento que conmemoran los espíritus de los reyes y jefes muertos en la guerra. Muchas tribus usan material tejido a punto y otras máscaras están hechas con cestería. Otras están fabricadas con varitas o con cortezas pintadas. En Camerún usan abundantemente las cuentas.

Hay máscaras que están construidas con una combinación de diferentes materiales. Algunas, por ejemplo, están hechas con tejidos, rafía, conchas, cuentas de cristal y madera. Se pueden añadir otros materiales, tales como dientes, cabellos, huesos, bayas, fibras vegetales, piezas de metal o tejido. Esta diversidad de materiales tiene como objetivo aumentar la eficacia y el poder de las máscaras. La piedra no se usa nunca en la fabricación de máscaras.

D) EN CUANTO A LOS COLORES.
El último eslabón en la creación de una máscara es su decoración. La mayoría de las máscaras son pintadas con tintes vegetales o de tierra. Al estudiar las máscaras africanas hay que tener en cuenta los colores y el simbolismo que encierran. Así, el blanco puede significar la muerte, las tinieblas o la primera fase de iniciación. El color rojo es el más poderoso y el que más se usa. Significa la fuerza vital y el el color de los iniciados. El negro simboliza las pruebas, la tierra, el misterio. El amarillo representa la intercesión y el verde la victoria sobre la vida. Estos significados pueden ser diferentes según las sociedades y, por lo tanto, hay que conocer la simbología propia de cada grupo.

E) EN CUANTO AL ESTILO.
El estilo de las máscaras difiere según las diversas funciones que desempeñan. Las máscaras son en general atrevidas porque representan seres mitológicos, legendarios, con frecuencia animales asociados con los fundadores de la tribu. Para dar expresión a estos espirítus, el artista usa todo su poder imaginativo y crea máscaras fantásticas.
En contraste, las máscaras usadas en rituales más íntimos y privados, como son el culto a los antepasados y los cultos mágicos, con frecuencia tienen una expresión más serena.
Si nos fijamos en las características faciales de las ma´scaras,e stas muestran una gran diversidad. Pero, a pesar de ello, ciertos rasgos son comunes a toda el África occidental y central: en base aestos rasgos podemos distinguir tres categorías:

ANTROPOMORFAS:
1. Máscaras con rasgos naturalistas. Dentro del gran número de máscaras africanas, solamente un escaso número de ellas representan figuras con rasgos típicamente negroides. El escultor no pretende representar la realidad sino ofrecer una morada para el espíritu, para lo cual un estilo no realista es más conveniente.
2. Máscaras con rasgos idealizados. Podemos llamarlas máscaras estilizadas, idealizadas o humanistas. Estas se encuentran en medio camino entre las que tienen una forma naturalista y las que presentan una forma abstracta. A veces tienen expresiones serenas , espiritualizadas. En general las expresiones faciales son impersonales y no muestran ninguna emoción.
Si las comparamos con las máscaras negroides, vemos que tienen narices alargadas en contraste con las narices achatadas de estas últimas. Además tienen una boca y unos ojos rasgados, mientras que en aquella la boca y los ojos son carnosos.


3. Máscaras con expresiones aterradoras. Algunas de estas máscaras son usadas para ahuyentar a los espíritus del mal. Otras tienen un sentido más bien cómico y se usan en algunas representaciones y para divertir a la gente.


4. Máscaras abstractas. Para el africano, el uso de formas abstractas es natural y sirve para dar forma a algo que está más allá de la realidad, esto es, para encarnar un espíritu. De este modo puede expresar su mundo interior en apropiadas formas abstractas. convierte así lo que antes era vago y ambiguo en algo presente y real. Evita los objetos naturalistas como medios de expresión del mundo invisible y produce formas nuevas más de acuerdo con la naturaleza abstracta de su imagen interior.

ZOOMORFAS:
Las máscaras con rasgos de animales o con una combinación de cabezas de animales y rasgos humanos son frecuentes. Estas máscaras son el medio más adecuado para dar expresión ala relación del hombre con lo sobrenatural. Tomando la forma de un animal, el portador se convierte, no solamente en apariencia sino también en su esencia, en otro ser encarnando de este modo los atributos del animal representado. Así la cabeza de un elefante simboliza su fuerza; la araña, la inteligencia; los cuernos, la luna... y ésta, a su vez, simboliza la fecundidad.
Además, para el africano, hombres y animales poseen la misma energía vital, la cual se puede transmitir por medio de ritos apropiados. El hombre puede también adquirir ciertas cualidades atribuidas a un particular animal, tal como la fuerza del león, el poder vital del toro o la agilidad del antílope. Las máscaras de animales tienen un origen en los mitos que describen la existencia de seres sobrenaturales en forma de animales. La transmisión oral de estos mitos creó la conciencia de una misteriosa conexión entre el hombre y los animales.
Cuando el danzante usa tales máscaras sufre una transfiguración; repite magistralmente los movimientos del animal, si es conocido; cuando la máscara representa un animal extinto o mitológico, el danzante, al no poder observarlo, es incapaz de representar sus movimientos, pero esta misma dificultad es un incentivo para su fantasía creadora.
Las características de un animal mitológico son múltiples. Se destaca el papel importante que jugó en la creación del mundo y es asociado, frecuentemente, con el origen de los antepasados. Así, se piensa, que un determinado animal ayudó al fundador de la tribu a ocupar la tierra que ahora habita y le enseñó algunos conocimientos esenciales. Por ejemplo, el perro ayudó a los Dogón a encontrar los pozos de agua. Del mismo modo un mítico antílope enseñó a los Bambara a cultivar la tierra.
Esta mística y fuerte conexión con el antepasado legendario convirtió a estos animales en protectores o guardianes de un determinado grupo. Esta creencia constituye un lazo muy fuerte y unificador de todo el clan. Por esta razón les está terminantemente prohibido matar dicho animal protector y comer su carne. Pero esta alianza, en la mayoría de los casos, no es totemista pues el clan no atribuye su origen a un cierto animal.
Hay otro aspecto que tenemos que tener en cuenta. Se cree que cuando un animal muere, su energía espiritual queda libre y para evitar que tal espíritu errante pueda hacer el mal al cazador se fabrican las máscaras para que capturen dicha energía y así permanezca bajo el control del cazador.

MÁSCARAS CON SUPERESTRUCTURAS.
Hay un grupo de máscaras que llevan por encima figuras de seres humanos. Otras están rematadas con superestructuras de animales y finalmente hay algunas que tienen otros tipos de superestructuras.
Las máscaras con superestructuras más conocidas son las grandes máscaras Dogón. También los Mossi y los Bobo de Burkina Faso, quizás por influencia de los Dogón, usan máscaras con superestructuras. Queda excluidas de este grupo las máscaras que tienen cuernos y pequeñas prominencias.

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