lunes, 4 de marzo de 2013

NGORONGORO-OLDUVAI, TANZANIA

Esta zona de, aproximadamente, 80.944 kilómetros cuadrados, goza de la doble condición de Bien Natural y Cultural, porque a la riqueza de la fauna y a su enorme interés geológico hay que añadir el yacimiento paleontológico de Olduvai, uno de los lugares del mundo que más fósiles ha proporcionado de primates y de homínidos.
El cráter del Ngorongoro es el mayor del planeta y constituye la caldera más grande del mundo en la que no se observa, como en casi todos los demás volcanes, las fallas ocasionadas por los movimientos sísmicos previos y los pliegues, producidos generalmente por los ríos de lava y su disposición después de haberse enfriado. Su diámetro es de unos 17 Km, y encierra una superficie llana interior de algo más de 164 Kilómetros cuadrados; el centro está ocupado por el lago Ntudu.
Otros cráteres más reducidos son los de Olmati y Embakai en dirección nordeste; éste último marca el extremo del parque y también las alturas más cosiderables, llegando a los 3.400m. La caída interior alcanza los 700m. y el circulo formado, que oscila entre 3 y 5 Km.
Otro lago en su interior, de un diámetro de 3.5Km, tiene una profundidad máxima de 60 m.
Los paisajes naturales son variados, aunque en la mayor parte predomina la sabana herbácea con incrustaciones aisladas de acacias. Éstas abundan más en los bosques de Lerai, que contornea el anillo de Ngorongoro casi en su mitad oriental, y Laindi, al suroeste. Este bosque está en las laderas del volcán Oldonyo Lengai, aún en actividad. Cañones, desfiladeros, depresiones, como la de Embulbul al este, y otros accidentes orográficos, mantienen pastos frescos casi todo el año, de forma que aquí apenas si hay ese cambio brusco entre la estación de lluvias y la seca que se da en las tierras más bajas. Por otra parte, el agua está asegurada continuamente por la existencia de numerosos lagos, aunque algunos sean de agua salobre. Gran parte del agua caída en estas montañas va a regar los pastos del Serengetí, al noroeste, y a alimentar sus variadas corrientes de agua.
Estas condiciones permiten a toda la zona mantener la mayor concentración de animales salvajes del planeta en proporción a sus dimensiones. Las especies más abundantes son los ñus y las cebras de Grant, de los que se han contabilizado más de 15.000 y 5.000 ejemplares respectivamente. Hay también cantidades apreciables de búfalos, elefantes, hipopótamos, leones, licaones, hienas y antílopes de casí todas las especies; en menor cantidad se encuentran los leopardos y diversas especies en peligro de extinción, como el rinoceronte negro. En los lagos especialmente flamencos, ibis, grullas coronadas, anátidas, garcillas, halcones pescadores.
Olduvai es una referencia obligada en los estudios de paleontología, desde 1.955 la familia Leakey ha trabajado en estos yacimientos, de más de 100m. de depósitos, y ha conseguido más de noventa restos fósiles, algunos de primera importancia. Las excavaciones han dado restos de homínidos en las capas más profundas, con una antigüedad de 1.800.000 años. Esta edad tiene el Australopithecus aquí encontrado, que pertenece a la especie de robustus; es decir, es más corpulento que el de la especie gracilis, cuenta con enormes molares y premolares, presenta un rostro alto y plano y su altura se situaría en torno a 1.55 m. con un peso de 35 a 65 kg. Por la posición de la columnas y otros huesos se ha colegido que su bipedia no era perfecta; su capacidad craneal alcanzaba 530 centímetros . En Olduvai se extinguió hace un millón de años aproximadamente.
El Homo Habilis que se encontró en este yacimiento en 1.964 tienen una capacidad craneal de 680 cm; sus molares y premolares son más reducidos, pero los incisivos, en cambio, son largos y la maníbula presenta un rodete externo. También se ha hallado el homínido que, hasta ahora, ocupa un peldaño superior, o sea Homo Erectus; con una antigüedad cercana al millón y medio de años, se presenta más desarrollado que el habilis, pero tiene detalles simiescos, como arcos superciliares gruesos y protuberantes y frente baja.
Con una antigüedad de 1.800.000 años, se ha descubierto una industria lítica que es la más antigua del mundo; se la conoce como pebble culture, y consiste en la preparación de ciertos guijarros para cortar o golpear; también se han encontrado huesos acondicionados para los mismos fines, por su antigüedad y características se la conoce como industria olduvayense. Esta cultura se asocia al Homo habilis, lo que indica que éste convivió con el Australopiteco. De un período superior son las hachas o bifaces, cuya perfección más acabada se alcanza con el Homo erectus. Pero lo más importante de los hallazgos de Olduvai es que se han detectado montículos de piedras que pudieron haberse empleado para sostener algunos apoyos; esto puede inducirnos a pensar que se trataba de soportes una rudimentaria cabaña y, entonces, estaríamos ante la primera vivienda hecha por el hombre hace casi dos millones de años. Es otro aspecto más para confirmar el origen africano de la Humanidad.

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