En África el valor que se confiere a los árboles no es estrictamente material. Estos seres vivos tienen muchas veces significaciones que sobrepasan lo natural para ingresar en el terreno de lo sobrenatural. Así, no es extraño que el emplazamiento de cibas, baobabs sean lugares escogidos para conversar y tomar las decisiones importantes, como alojamiento de personas y seres mágicos.
El Baobab es el más sagrado y venerado de los árboles de África occidental. Su figura se eleva, en línea recta, sobre la llanura de la sabana. La tortuosidad queda reservada a las ramas, mientras que el tronco ofrece un aspecto acerado, que tiene un tacto muy suave.
Suele decirse que el baobab parece un árbol cuya copa haya sido plantada y lo que queda a la vista son las raíces. Ese es el porte que presenta buena parte del año, pues durante la estación seca pierde todas sus hojas.
Los baobabs suelen alcanzar grandes dimensiones, porque no se talan en ninguna región. Es un árbol sagrado para la mayoría de grupos culturales de la región, que aprovechan, eso sí, los frutos para comer y sus cáscaras para quemarlas y ahumar pescado, las flores como ornamento de ceremonias importantes y para infusiones medicinales, la corteza para hacer cuerdas... En los troncos mayores se esconden todo tipo de animales, e incluso algunos griots los han tomado como viviendas. El baobab sólo se da en las sabanas del sur del Sahel, y se expande por todo el continente hasta Sudáfrica.
La Ceiba también conocida como kapok es un árbol de tronco muy grueso y gran envergadura. En muchas zonas de África occidental preside el lugar escogido para las celebraciones más importantes. La madera de ceiba ha sido muy apreciada para construir piraguas de una sola pieza, por su dureza, flotabilidad y longevidad.
El Karité es un árbol que solo existe en áfrica. Da un fruto muy parecido a una castaña que puede comerse directamente, pero cuya grasa suele convertirse en una mantequilla de notables propiedades alimentarias, medicinales y cosmésticas.
El Tamarindo un árbol muy airoso de tronco grueso y elevado, proporciona un fruto que es muy apreciado para cocinar. Su zumo se comercializa en toda África.
El árbol de cola su madera es muy utilizada en la talla de estatuilla y máscaras. Pero lo más apreciado son las nueces que se encuentran en el interior del fruto, y que pueden ser rojas o amarillas. Al masticarlas provocan efectos euforizantes y alucinógenos.
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