El poder central descansaba en la figura del emperador, el cual encarnaba los valores tradicionales e islámicos y estaba rodeado de una corte numerosa protegida por unos setecientos eunucos. En su entronización se le entregaba un sello, una espada, un Corán y, como emblemas tradicionales, un tambor y el fuego sagrado o dinturí. Relacionado directamente con su persona estaba el Wandu, o griot, que hacía las veces de heraldo, y el Hokoroy koy, que era el mayordomo del palacio encargado de dirigir todos los servicios domésticos. La sucesión ordinaria era colateral, o sea, el nuevo askya era siempre el hermano mayor del emperador fallecido; debía ser proclamado por la corte y su entronización se hacía en Kukya. Entre los funcionarios más importantes del gobierno central tenemos los siguientes: Barei Koy y Kuhura Koy, encargados del protocolo y de la intendencia; Kalissa farma, ministro de finanzas, Fari mondzo, ministro de agricultura, Assara mondzo, ministro de justicia y de la policía; Sao farma, ministro de los bosques, Lari farma, ministro de las aguas, Korei farma y Barbuchi mondzo, responsables de los extranjeros; Hi koy, intendente de la flota imperial de Níger, Balama, jefe del ejército, Tata farma, jefe de la caballería; Hu Kokorei Koy, jefe de los eunucos y confidente del askya.
La economía imperial reposaba en gran medida en un régimen feudal y tenía en la figura del siervo y del esclavo una fuerza de trabajo dedicada especialmente a las labores agropecuarias en grandes dominios señoriales.
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