viernes, 31 de marzo de 2017

CULTURA AKAN








La actual Ghana toma su nombre del antiguo reino de Ghana, situado en la región sudanesa occidental. Sus zonas centrales y meridionales están ocupadas por pueblos de la gran familia Akan, entre los que destacan los Ashanti, y, más al sur, los Fanti. Ciertas ramas akan como los Anyi, y los Abron, se asentaron en el sureste de Costa de Marfil, donde algunos grupos étnicos, particularmente los denominados "pueblos de las lagunas" que llegaron desde el norte hace mucho tiempo, han sido influenciados por las migraciones akan.



La historia de Ghana está ligada a un poderoso estado, regido por una monarquía sacra, cuyos orígenes se remontan a mediados del siglo XVI. En esta época, el sur de Ghana asiste al desarrollo de jefaturas cada vez más importantes, entre las que adquieren especial relevancia las creadas por los Adansi, los Dyenkera y los Akuamu. Hacia el año 1590, los Adansi dominan el conjunto de lo que posteriormente se llamó grupo Akan, al que pertenecerían los Ashanti, los Anyi y los Fanti... Sin embargo, aquellos son sometidos, a su vez, por los Dyekera, quienes mantienen su hegemonía política en la región hasta 1680. fecha en la que el joven jefe ashanti Osei Tutu se rebela y, tras haber reunido a los suyos derrota a los amos del territorio y amplía su área de influencia. Así, se erige en fundador del reino Ashanti, que subsiste hasta el siglo XX.

El estado ashanti, organizado en forma de una confederación, se extendió en ocasiones sobre casi todo el conjunto de Ghana, hasta Costa de Marfil. Alcanzó gran prosperidad gracias a un floreciente tráfico mercantil de oro y esclavos. 

El soberano Ashanti, llamado Asantehene, reside en la ciudad, Está rodeado de un consejo de jefes, que portan bastones de madera chapados de oro y asesoran al rey en los distintos asuntos de estado. La aparición pública del monarca sacrosanto en las fiestas oficiales va acompañada de la exhibición del asiento de oro que constituye el emblema de la realeza akan. Las tradiciones ashanti se han conservado bastante bien, a pesar de las dificultades. 



Los ashanti poseen un sistema social extremadamente complejo, centrado en torno al rey divino y a la naturaleza sagrada de la reina madre. El trono se hereda de forma matrilineal. La reina madre, sobre todo en el pasado, disfrutaba de gran respeto y veneración; tenía, derecho de hablar en el consejo y ostentaba la representación de su hijo cuando éste estaba ausente por campañas militares. 
La religión del pueblo ashanti se basa en un panteón de dioses con Nyame, el dios del Cielo, a la cabeza. Sin embargo no existen imágenes de las divinidades. El contacto con el mundo sobrenatural se produce a través del asiento de oro sagrado. 


Todos los pueblos que integran el grupo Akan se dedican al cultivo del ñame, que constituye una actividad importante no sólo desde el punto de vista económico, sino también en el ámbito ritual. 

El arte akan es muy diverso en sus manifestaciones, muchas de las cuales son compartidas por los distintos grupos que integran este complejo étnico. El más representativo de todos ellos es sin duda el pueblo ashanti, cuya amplia producción artística refleja la peculiaridad de unas formas a menudo sin parangón en todo el ámbito del África negra.

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