Con más de dieciocho millones de miembros, son el tercer grupo étnico de
Nigeria. Viven en las regiones nororientales del delta del Níger,
aunque se encuentran grupos muy representativos en otras partes del
país. Sin embargo, su asentamiento primitivo estuvo en las proximidades
de Owerri-Umuahia, desde donde emigraron a us ubicación actual en los
siglos XI-XII.
La densa población ibo tenía como unidad política fundamental la aldea, a
la que seguían en importancia el mercado y el santuario; los jefes de
familia formaban el Consejo que gobernaba la aldea. A veces varias
aldeas se unían bajo la autoridad del jefe de un linaje, que recibía el
nombre de okpara. Estos agrupamientos nacieron posiblemente como medida
defensiva común. En este nuevo tipo de hábitat, las exigencias de la
vecindad no eran las mismas que las del parentesco y, para primar la
seguridad comunitaria, se confirieron funciones específicas a ciertos
linajes que proporcionaron el jefe político, el jefe militar y el jefe
religioso; de esta forma, las comunidades se reorganizaron según un
sistema de títulos. A medida que se fue perfeccionando la comunidad,
tuvieron necesidad de colaboradores que se convirtieron en una clase
administrativa. Esto dio origen al nacimiento de pequeños reinos que,
como los Aboth, Onitsha y Oguth, nombraron obi a sus reyes y les
atribuyeron funciones semejantes a las del oba de Benín.
ALUSI
Los alusi son deidades titulares asociadas a los elementos naturales ( los rios, la tierra) o sociales (mercados, antepasados). Se agrupan en santuarios del tipo del de los grupos familiares ibo y lucen los simbolos del status de las personas influyentes en el tocado, las escarificaciones y ornamento.
Las estatuas se caracterizan por un realismo moderado en la proporción y en la representación de las partes corpóreas. Concebidas para contemplarse de frente, tienen una disposición simética, con las piernas ligeramente abierta y los brazos separados del busto. Los volúmenes son rellenos y redondeados, los hombros robustos y el cuello vigoroso. Un elemento recurrente son las palmas de las manos vueltas hacia arriba, en señal de sinceridad, de disponibilidad de recibir y a dar, de la relación de reprocidad que existe entre los hombres y los dioses. El cuidado del detalle se concentra, sobre todo, en la cabeza, mientras que manos y pies están esculpidos a propósito con poco detalle.
Los ibo materializan a sus divinidades protectoras bajo la forma de estas tallas con la convicción de que únicamente podrán obtener el favor divino mediante el cuidado, la atención y el sacrificio ofrendados a sus símbolos terrestres. Por ese motivo, no sólo esculpen a la deidad, sino también a sus cónyuges, hijos y ayudantes. Todos se engalanan con telas, joyas y otros accesorios, son alimentados regularmente con comida sacrificial y se les rinde homenaje anual en el santuario que los albeerga. En estas ocasiones se repintan y se visten con nuevos paños de colores.
El culto a estas deidades se realiza también con unas ceremonias especiales en las que se les otorgan los altos títulos generalemete reservados a los jefes de la comunidad. Las esculturas de madera son "invitadas" a los mismos actos y rituales que protagonizan los hombres.
USOS:
- Es invocado antes de acometer cualquier tarea con el objeto de que tenga éxito.
- Castiga severamente a quien jura en falso.
- El aspirante al título de Ozo, el más alto del sistema de jerarquización social ibo, ha de jurar ante este dios.
- Resuelve con justicia las disputas entre individuos.
- Protege de los malos espíritus y los brujos.
- Proporciona properidad, cohesión social y bienestar general.
Durante muchos años estas figuras permanecieron ocultas a los ojos profanos hasta que, como consecuencia de las últimas injerencias de elementos exógenos en la sociedad ibo, fueron sacadas de su entorno original, destruidas o, en el mejor de los casos, vendidas.
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