viernes, 6 de abril de 2018

TERRACOTAS DE MAMBILA



LOS MAMBILA

Esta pieza pertenece a los mambila, ellos mismos se llaman Nor, viven en el valle superio del río Dongo, en el Estado de Taraba (Nigeria oriental) y zonas contiguas de la región de Banyo, al sudoeste de Adamaua (Camerún). Es uno de los pueblos más antiguos de la zona y vive de la agricultura y ganadería.




Se organizan en aldeas autónomas, regidas por jefes hereditarios a los que asisten un consejo de ancianos. El objetivo de estos jefes es mantener la integración social y la paz de todos, pero así como el consejo le ayuda en las tareas administrativas, para la cohesión comunitaria se apoya en la asociación mimin, que es la que resuelve los conflictos entre personas y familias para restablecer la armonía. Esta se sella bebiendo cerveza las dos partes en la misma copa.
Los poblados, casi siempre situados en las cimas de las colinas, están formados por unidades familiares que viven en especies de kraal, es decir, conjunto de tres o cuatro chozas y otros habitáculos más reducidos rodeados por una barrera exterior.
Su arte se considera como uno de los más primarios de Nigeria.  Las figuras son enérgicas, con cabezas grandes, amplias bocas abiertas y ojos en formas de lágrimas.


RECIPIENTE DE TERRACOTA


La palabra terracota viene del italiano terracotta o tierra cocida. La arcilla, el barro es el componente de lo que se ha universalizado bajo la palabra terracota. Sin ninguna duda es el barro el material más antiguo de la humanidad del que el hombre se ha servido para dejarnos su recuerdo a través de los siglos. Es el material más sencillo de trabajar, sólo hacen f alta las manos para modelarlo y darle forma. Se han encontrado vestigios humanos fabricados en terracota que se remontan a varios milenios. El hombre construyó con barro los primeros recipientes que le sirvieron para contener los alimentos. De barro fueron también los primeros adornos que sirvieron para embellecer a las mujeres, como así lo demuestran las cuentas de collares aparecidas en distintos yacimientos. En los principios bastaba barro y sol.


Por su tamaño no parece haber estado destinado a prácticas adivinatorias, sino más bien parece un elemento de ornamentación en el palacio de algún rey, o notable mambila, como parecen probarlos los dibujos en relieve que adornan el cuerpo del recipiente. Las asas, posiblemente en forma de brazos han sido presa del  tiempo.  Es una de las primeras manifestaciones conocidas del arte mambila. Sus pronunciados labios y los ojos saltones son característicos de la alfarería de esta etnia a lo largo de los siglos. Esta vasija demuestra las técnicas tan perfeccionadas de la alfarería que ya poseían en siglos pasados. 

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