Son esculturas que realizan los fang. Este pueblo pertenece a la gran familia bantú, aunque en el proceso migratorio asimilaron elementos sudaneses y etíopes. Viven en Guinea Ecuatorial, el sur de Camerún y el norte de Gabón.
Los bieri son las esculturas de los antepasados. Moradas del espíritu, que recogen y trasmiten las cosas favorables a la comunidad por lo cual, al tallarse, se procura que resulte lo más bella posible. A este soporte ritual se une, a través de diversos elementos formales, el sentido de lo trascendente, de la fuerza.
Van colocados sobre una caja de corteza de árbol que contiene los cráneos masculinos, ekokwe-nlo, y huesos de los fundadores, guardándose en un lugar escondido. Se les consulta por medio de las asambleas de ancianos , nso, en cualquier decisión importante de la vida del poblado, siendo el jefe el que realiza los rituales.
El bieri es en sí un símbolo donde los dos puntos más importantes, según el culto, son la cabeza, el elemento espiritual, y el ombligo, conexión a la vida, factores que se destacan en la realización de la talla, en la cual se observan estrictamente una serie de normas.
El artesano antes de comenzar se purifica durante tres días. Trabaja en primer lugar con un hacha (ovo). Después una el machete (mkvara) para debastar la madera y con la azuela (mbwak) lo irá modelando, dando pequeños retoques con un cuchillo, oken, para pulirlo finalmente con una hoja abrasiva (akol). Luego oscurece la madera por la decocción de una raíz, adquiriendo la pátina con la aplicación de una mezcla de aceite vegetal y polvo de padouk - palo rojo-, más el extracto de una corteza.
Los bieri juegan un papel especial en los períodos de iniciación en que los jóvenes van a entrar a formar parte del grupo delos adultos varones, a los cuales van a iniciarles en el conocimiento de los cráneos. Con este motivo, el jefe traslada el bieri convenientemente oculto en una cesta, a un lugar en las afueras del bosque. Allí tanto los iniciados como los invitados se purifican.
La fiesta, que dura dos días, lleva una serie de preparativos, donde el cráneo ocupa la atención preferente ofreciéndole comida y embadurnándole de rojo. Los jóvenes que van a iniciarse beben, en el momento de la puesta de sol, el jugo de una raíz que les produce alucinacioens. En estas condiciones verán los cráneos expuestos en fila sobre hojas de plátano indicándoseles sus cualidades.
Este período ritual se va realizando ordenadamente al son del silófono y tambores de membranas. Los hombres y también el bieri danzan detrás de una cortina de hojas en el lugar sagrado.