Es un instrumento musical conocido generalmente como Mbira, Sanza, Ikembe o Malimba. Es uno de los instrumentos más significativos del continente africano y recibe diversos nombres locales en fución del grupo étnico que le produce. Pertenece al grupo de los idiófonos (instrumentos que producen sonido al frotar o golpear dos superficies duras).
Los elementos fundamentales son:
1.- Una caja de resonancia plana, que puede estar hecha de calabaza o madera. En el primer caso, el instrumento emite un sonido profundo y resonante, mientras en el segundo, la resonancia del sonido es menor.
2.- Una serie de lengüetas, teclas o láminas dispuestas sobre la caja de resonancia, que pueden ser de bambú, madera o sobre todo hierro, y cuyo número oscila entre 4 y 18 piezas.
Se toca punteando las láminas o teclas con los pulgares. Por este motivo, se ha calificado como "piano de mano". Para tocas, el procedimiento es el siguiente: los pulgares puntean las teclas hacia abajo; las eclas largas producen los tonos más bajos y las cortas los más altos.
Es un instrumento sagrado en muchos pueblos. La caja de resonancia representa la madre tierra en la que reposan los muertos. Los sonidos representan a los vivos. Su sonido delicado y sutil evoca vagamente el tintineo de las gotas de lluvia sobre la piedra. Entre los shona el sonido sirve para evocar la presencia de los antepasados.
EL ORIGEN MÍTICO
Se le atribuye un origen mítico y está unido al inicio de los tiempos, donde no existía nada. Dios se aburría mucho. Un día en que, pensativo se rascaba la cabeza con el dedo, tocó a su imaginación y ésta, que estaba dormida, se despertó. Dios se disculpó por haberla despertado, pero la imaginación le dijo que no se preocupara. Él era el Creador de todas las cosas y ella estaba siempre a su disposición. Animado por estas palabras, Dios le confió un problema que tenía. La imaginación no pudo contener una sonora carcajada. No comprendía cómo Dios podía tener problemas. Dios, enfadado, le recordó que no le había dado permiso para que se burlara de él. La imaginación pidió perdón y le preguntó cuál era su problema. Dios le explicó que se aburría, pero le advirtió que si él moría, también la imaginación moriria, porque no podía vivir sin él. La imaginación se puso a pensar y finalmente tuvo una brillante idea: "Construye una sanza- le dijo a Dios- y cuando comiencea a tocar, desaparecerá tu aburrimiento".
Dios construyó una sanza y se puso a tocarla. Sonó, cantó, bailó y fue tan feliz que no prestó atención a las cosas maravillosas que sucedían a su alrededor. Con la primera nota que saliço de la sanza hizo el sol, con la segunda creó la luna, tocó una tercera y apareció el poblado. Después creó todo un país y un continente. Y así creó el mundo entero.
Un día salió una nota falsa y entonces apareció un ser extraño: el hombre. Al hombre le siguió la mujer y después una multitud de niños de todos los colores que empezaron a poblar la tierra. Todos salieron de la sanza.